miércoles, 28 de diciembre de 2011

Arbusto navideño







Y dado que nos encontramos de lleno en la Navidad, esta semana le prestaremos atención a un arbusto que abandera estas fiestas y que también puede engalanar nuestras terrazas y balcones a lo largo del año: el acebo.
El acebo, también conocido por el nombre botánico de Ilex aquifolium, es uno de los pocos representantes que tenemos en nuestra latitudes de la familia Aquifoliaceae, más rica en el hemisferio sur, de donde proceden otros acebos que engalanan otros balcones. Con un área de distribución bastante amplia que abarca la mayor parte de Europa y Asia occidental, este arbusto, que puede considerarse en muchos casos un árbol dado que llega a sobrepasar los seis metros de altura en condiciones favorables, es propio de sotobosques de hayas y robles, aunque se puede encontrar de manera aislada o formando acebedas. Por ello decir que es un arbusto que prefiere el sustrato ácido (silíceo) y húmedo, y las zonas umbrosas. Cabe destacar que resiste las bajas temperaturas, aunque no tanto el calor del estío.
El acebo se yergue sobre tallos ramificados desde la base y con una superficie lisa, de color verde en la juventud que con el paso de los años adquiere una tonalidad grisácea-parduzca. Sobre estos se disponen las hojas que son simples, alternas, coriáceas, lampiñas, brillantes y con un margen dentado-espinoso -sobre todo en las hojas maduras- muy característico. Son de color verde intenso en el haz, mientras que en el envés desarrollan una tonalidad más amarillenta y/o apagada. A veces, en algunos cultivares de planta ornamental y por hibridación, la coloración de las hojas puede ser variegada, como la Golden Milkboy o la Silver Queen (en las imágenes).
Respecto a la biología reproductiva hemos de tener en cuenta que el acebo es una especie dioica, es decir, presenta individuos con flores masculinas e individuos con flores femeninas. En los ejemplares masculinos, las inflorescencias son axilares y están formadas por flores de color amarillento, mientras que en las plantas femeninas, las flores aparecen en grupos de tres a solitarias, de color blanco a blanco rosado, tetrámeras, y con el cáliz y la corola parcialmente fusionados en la base. Tras la fecundación se forma una drupa característica de color rojo intenso que madura a finales del otoño y que sirve de alimento a muchas aves (no para el ser humano), durante la época invernal. Las semillas necesitan un par de años para germinar, aunque este proceso se puede ver acelerado por la exposición a los jugos gástricos de los animales que ingieren los frutos. En cualquier caso, la reproducción vegetativa es mucho más factible y rápida (mediante estacas con cepa).
Esta planta siempreverde es muy utilizada en jardinería para la creación de setos y por su gran tolerancia a las podas para poder darle así la forma deseada. También decir que por su lento crecimiento podemos considerarla idónea como planta en jardinería en altura.
El acebo se ha utilizado en ebanistería, como planta medicinal por la producción de la ilicina (alcaloide semejante a la quinina), para elaborar un pegamento o “liga” utilizada en la captura de aves y como adorno navideño, motivo por el cual se considera una especie vegetal protegida en muchos países europeos.

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