A veces uno debería informarse antes de emprender la marcha, o por lo menos, leer unos cuantos artículos antes de ponerse esparcir semillas por las macetas vacías que pululan por el balcón… Este es el caso de los lupinos que sembré en la tarde de ayer ¡en unas macetas muy pequeñas!
Aunque el género Lupinus (también conocido vulgarmente como altramuz o lupino) es un representante de la familia Fabaceae –Leguminosae- de origen mediterráneo y que, debido a su vistosa inflorescencia, se ha utilizado como planta ornamental –y forrajera- durante décadas en los países del sur europeo (Lupinus albus, L. angustifolius, L. luteus), se ha generalizado entre las empresas de producción de semillas comerciales el extender la especie americana Lupinus polyphyllus, que también puede naturalizarse en nuestras latitudes de manera más o menos fácil.
Esta planta generalmente se propaga por semillas que se siembran -tras un día en remojo- desde el invierno al verano en terrenos de características medias, ligeramente alcalinos, bien drenados y más o menos soleados. Es una planta propia de jardines y parterres, y persistente, es decir, sus cultivares se mantienen en pie todo el año, llegando incluso a durar bastantes años en pie. La planta llega a alcanzar el metro y medio de altura. Con tallo ligeramente lignificado en la base, posee hojas alternas, pecioladas, tomentosas por el envés, palmaticompuestas con 9-15 foliolos y de verde más o menos intenso. En la época de floración, por lo general el verano o principios del otoño, su inflorescencia racimosa, de porte más o menos piramidal, se yergue sobre un eje en el que quedan dispuestas las flores típicas de esta familia (provistas de estandarte, alas y quilla) que van del color blanco hasta el morado, pasando por toda gama cromática (amarillas, fucsias y azules generalmente). La capacidad de hibridación de esta especie es pasmosa, por lo que se pueden obtener cultivares realmente vistosos (me llega a recordar al género Antirrhinum o boca de dragón…).
Tras la fecundación, la planta produce un fruto característico en forma de legumbre, provisto de una vaina en cuyo interior quedan albergadas las semillas, que se pueden recolectar para su posterior siembra. También cabe la posibilidad de, una vez que son adultas, multiplicarlas vegetativativamente por división de las macollas.
Cabe decir que estas plantas se cultivan en muchos lugares del mundo, como por ejemplo Australia, para obtener las semillas utilizadas como forraje o que, tras un tratamiento en salmuera, son comercializadas como alimento muy nutritivo en muchos mercados. Cabe decir que éstas, conocidas en España como chochos o gambas de agua, pueden contener alcaloides que las pueden hacer indigestas para ciertas personas, por lo que se recomienda cautela en su consumo.
¡¿Quién me mandará sembrar plantas de jardín en macetas?! Bueno… sólo cabe esperar y ver qué pasa…
Aunque el género Lupinus (también conocido vulgarmente como altramuz o lupino) es un representante de la familia Fabaceae –Leguminosae- de origen mediterráneo y que, debido a su vistosa inflorescencia, se ha utilizado como planta ornamental –y forrajera- durante décadas en los países del sur europeo (Lupinus albus, L. angustifolius, L. luteus), se ha generalizado entre las empresas de producción de semillas comerciales el extender la especie americana Lupinus polyphyllus, que también puede naturalizarse en nuestras latitudes de manera más o menos fácil.
Esta planta generalmente se propaga por semillas que se siembran -tras un día en remojo- desde el invierno al verano en terrenos de características medias, ligeramente alcalinos, bien drenados y más o menos soleados. Es una planta propia de jardines y parterres, y persistente, es decir, sus cultivares se mantienen en pie todo el año, llegando incluso a durar bastantes años en pie. La planta llega a alcanzar el metro y medio de altura. Con tallo ligeramente lignificado en la base, posee hojas alternas, pecioladas, tomentosas por el envés, palmaticompuestas con 9-15 foliolos y de verde más o menos intenso. En la época de floración, por lo general el verano o principios del otoño, su inflorescencia racimosa, de porte más o menos piramidal, se yergue sobre un eje en el que quedan dispuestas las flores típicas de esta familia (provistas de estandarte, alas y quilla) que van del color blanco hasta el morado, pasando por toda gama cromática (amarillas, fucsias y azules generalmente). La capacidad de hibridación de esta especie es pasmosa, por lo que se pueden obtener cultivares realmente vistosos (me llega a recordar al género Antirrhinum o boca de dragón…).
Tras la fecundación, la planta produce un fruto característico en forma de legumbre, provisto de una vaina en cuyo interior quedan albergadas las semillas, que se pueden recolectar para su posterior siembra. También cabe la posibilidad de, una vez que son adultas, multiplicarlas vegetativativamente por división de las macollas.
Cabe decir que estas plantas se cultivan en muchos lugares del mundo, como por ejemplo Australia, para obtener las semillas utilizadas como forraje o que, tras un tratamiento en salmuera, son comercializadas como alimento muy nutritivo en muchos mercados. Cabe decir que éstas, conocidas en España como chochos o gambas de agua, pueden contener alcaloides que las pueden hacer indigestas para ciertas personas, por lo que se recomienda cautela en su consumo.
¡¿Quién me mandará sembrar plantas de jardín en macetas?! Bueno… sólo cabe esperar y ver qué pasa…
Buscando fotos de esta flor encontré este blog. Tengo la planta y la he visto crecer a pie de carretera de forma espontanea en el oeste de Noruega.
ResponderEliminarInteresante este post.
www.leriasdebea.blogspot.com