jueves, 25 de marzo de 2010

Frustraciones




Aunque todo en este espacio dedicado a la jardinería parezca un camino de rosas, cultivar plantas, bien sea en un huerto o en macetas, tiene una parte frustrante que puede minar el ánimo. El último de estos desencantos ha estado ocasionado por las francesillas o ranúnculos (género Ranunculus, familia Ranunculaceae). Como soy muy dado a experimentar con todo tipo de semillas y bulbos, suelo llevarme sorpresas como esta, aunque pienso en no dejarme vencer por una primera plantación fallida.
Los ranúnculos cultivados, generalmente derivados de la especie Ranunculus asiaticus L. (hablo sólo de estos, ya que si tuviese que describir la familia al completo podría rellenar páginas enteras al tratarse de una familia botánica muy extensa que cuenta con unas 500 especies, como el botón de oro o las arañas de agua) son plantas de raíz tuberosa, generalmente con forma aracnoide, que se siembran tras un periodo en remojo (24-48 horas), en macetas de tamaño medio (he aquí mi gran fallo) y con un sustrato rico en materia orgánica, humedad y buen drenaje, a poca profundidad. Al ser una especie nativa del Mediterráneo oriental y Asia oriental no soporta las temperaturas extremas (las mínimas inferiores a los -10º C acaban con ella).
Tras los primeros brotes se observa un numero variable de tallos con hojas simples, pubescentes -al igual que los tallos-, con la lámina foliar hendida, formando lóbulos o dientes, se encuentran aplicadas al tallo por la base del peciolo que suele ser mas largo que la lámina. En estadios jóvenes, las hojas crecen en forma de roseta basal.
El tamaño de la planta es variable y ronda los 20-60 cm de altura dependiendo de la variedad que se cultive. Las flores aparecen terminales y solitarias al final de un largo pedúnculo que generalmente supera la altura de las hojas. Las de todas las especies son flores pentámeras, es decir, las piezas de los diferentes verticilos (también se pueden disponer helicoidalmente sobre un eje) que las componen, son múltiplos de 5. En la especie que tratamos, las piezas de la corola o pétalos se encuentran generalmente en número múltiple (en un origen son estambres) y presentan un color blanco, rojo, rosa o amarillo. Los estambres son numerosos y se disponen en torno a los estilos. Tras la fecundación se origina un fruto seco, simple o múltiple –un aquenio o poliaquenio provisto de un extremo más o menos puntiagudo-.
Todos los ranúnculos sintetizan sustancias como la protoanemonina, que se consideran venenos, sobre todo para el ganado que las come.
Autora imagen 2: Marsha Tudor.
Imagen 3: Ranunculus aquatilis (Batrachium syn.)

miércoles, 17 de marzo de 2010

Nazarenos


Se aproxima la Semana Santa, y con ella la salida de los nazarenos, y no sólo aquellos que deambulan por callejuelas con capuchón y túnica, sino también los que pintan el campo de violeta. Los nazarenos, representantes de la familia Liliaceae pertenecientes al género Muscari compuesto por unas 40 especies aproximadamente entre las que se cuentan Muscari armeniacum o M. botryoides, son plantas bulbosas (seguimos con ellas estos días que previos a la primavera) que pueblan los territorios circundantes al Mediterráneo y otras zonas próximas a este mar, por lo que los podemos encontrar brotando de manera natural en nuestros campos, aunque sean de un tamaño menor a los cultivados y por tanto más exuberantes.
El nazareno es una planta que prefiere los prados y herbazales, incluso se podría considerar una planta de rocalla, llegando a veces a alcanzar la calidad de invasora o mala hierba. Se encuentra provista de bulbos tunicados de pequeño tamaño que se plantan durante el fin del verano o en el transcurso del otoño (noviembre-diciembre) y que tras los fríos invernales y la llegada de las temperaturas cálidas, germinan, alcanzando rápidamente la floración. Como otras especies bulbosas, necesita un suelo con buen drenaje, cierta cantidad de materia orgánica y suelto. La exposición debe ser soleada o ligeramente umbrosa, aunque cabe decir que sus requerimientos ecológicos no son demasiado especiales, lo que hace que se considere una planta de fácil desarrollo.
Es una planta provista de una roseta basal de hojas lineares, acintadas, ligeramente carnosas, de unos 20-25 cm de longitud. La inflorescencia se desarrolla en la parte terminal de un escapo floral cilíndrico y carnoso que alcanza la longitud de las hojas. Las flores se disponen en torno a dicho pedúnculo en forma de racimo. Las más basales son fértiles, mientras que las dispuestas en la parte última del escapo son estériles. Todas ellas pedunculadas, son de forma tubular o urceolada, ya que las seis piezas tepaloides que componen el perigonio se encuentran soldadas entre sí. Esta corola es casi siempre de color añil-violáceo, ribeteada de color claro en su abertura al exterior, aunque también la podemos encontrar blanca o amarilla en contadas ocasiones. Cada una posee seis estambres que rodean a un gineceo supero, trilocular y biovulado, continuado por un estilo corto que se divide en tres estigmas de pequeño tamaño. Tras la fecundación producen un fruto con forma de cápsula trilocular.
Por su aroma a fresas, las flores del genero Muscari se utilizan para elaborar pupurris de flores secas que ambientan las estancias del hogar. Como apunte decir que los nazarenos se utilizaron en la antigüedad para elaborar filtros amorosos.

jueves, 11 de marzo de 2010

Aproximándose tulipanes




De entre las plantas bulbosas, son las más socorridas a la hora de ajardinar un espacio abierto, aunque también hay muchos apasionados de la jardinería en altura que las utilizan para darle unas pinceladas de color a sus ventanas y balcones. Estas plantas llaman la atención, no sólo por su porte elegante, sino por su coloración vistosa, sobre todo si tenemos en cuenta que existen más de 150 especies y un sinfín de variedades, lo que se antoja un laberinto de tamaños, formas y mezclas.
El mayor productor mundial del género Tulipa (nombre latino que deriva del otomano “turbante”, por la forma que presentan los estadios jóvenes de su flor), género al que pertenecen todas estas plantas, es Holanda, que llega a comercializar al año unos 4000 millones de bulbos, aunque también otros países como Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Polonia o Japón se dedican a cultivarlos y exportarlos, ya que el negocio del tulipán no únicamente está en sus bulbos, sino también en el arte floral.
El origen de esta planta se sitúa en las montañas de Kazajistan, aunque sería más correcto afirmar que su distribución original se ampliaría hasta Oriente medio y próximo, concretamente en Turquía, llegando a zonas de China, Europa o África. Su introducción en Europa como planta ornamentale se debe a los musulmanes residentes en el Al-Andalus de la Península Ibérica.
El tulipán es una especie geófita que presenta un bulbo ligeramente tunicado, de forma truncada y que termina en un ápice. Posee una roseta basal de hojas, ligeramente envainantes y carnosas, en un número que va de 1 a 3, verdes, de cenicientas a vivas, de lineares a lanceoladas, con una cubierta cérea y que surgen a ras del suelo. Éstas rodean a un escapo o pedúnculo carnoso simple –ocasionalmente ramificado- erguido, de 20 a 45 cm de altura, con, generalmente, una flor terminal (a veces hasta tres). Sus flores presentan una simetría actinomorfa y tienen una corola acampanada y tepaloidea (dos verticilos), formada por 6 piezas coloreadas con el mismo patrón, terminadas en punta y que protegen a seis estambres que rodean al gineceo supero y trilocular, que se abre al exterior por un estigma trilobular, de aspecto peltado, no muy largo. Tras la fecundación se desarrolla un fruto con forma de cápsula. Todos estos caracteres varían dependiendo del cultivar que plantemos o estudiemos.
Entre los tulipanes mas cultivados tenemos los tulipanes papagayo, los Rembrandt, los tulipanes Darwin, los de flores sencillas y aquellos que presentan flores dobles. Todos ellos derivan de diferentes cruces de especies entre las que podemos destacar Tulipa gesneriana, Tulipa suaveolens, Tulipa bakeri, Tulipa clusiana o Tulipa tarda.
Cabe destacar que la siembra de este bulbo, en nuestra latitud, se realiza durante finales del otoño y comienzos del invierno para que su floración se produzca durante la primavera. Las cebollas o bulbos se pueden sembrar a unos 10 cm de profundidad en cualquier tipo de recipiente o lugar, desde rocallas, parterres o macetas, aunque es importante que, sea donde sea, el sustrato debe tener un buen drenaje y materia orgánica abundante. Deben estar expuestos al sol, aunque es importante que, para su desarrollo óptimo, sufran un periodo de temperaturas bajas. La floración puede ser temprana o tardía.
Aunque se pueden conseguir tulipanes a través de semillas, para estas plantas se utilizan medios de reproducción vegetativa, como la separación de bulbillos y su cuidado y crecimiento, técnicas también utilizadas con otras plantas de la misma familia (Liliaceae) pero que presentan grandes dificultades en este género dadas sus particulares exigencias agroecológicas
Como curiosidad decir que, en el lenguaje de las flores y dependiendo del color de la misma, el tulipán expresa declaraciones de amor (rojo), amor desesperado (amarillo) o perdón (blanco). Su significado general es el de respeto y fidelidad.

lunes, 8 de marzo de 2010

Consideraciones (VII). De tiestos.


Cuando hablamos de terrazas y balcones tenemos que hablar inevitablemente de tiestos, macetas y jardineras, todos aquellos recipientes que contienen el sustrato y las plantas que darán vida a nuestro proyecto de jardinería en altura.
En primer lugar hemos de hablar de los tipos de materiales con los que se elaboran los recipientes utilizados en la plantación de las especies vegetales. Atendiendo a ello existen dos tipos de tiestos, aquellos que están hechos a base de productos naturales y los que están fabricados de materiales sintéticos.
En el primer grupo distinguimos las macetas y jardineras fabricadas con barro o arcilla, estas pueden ser artesanas, donde entra un componente creativo, o fabricadas en serie con todo tipo de moldes. Son, junto con las de plástico, las más utilizadas aunque su precio también es más alto. Aunque las hay de todas formas y tamaños, se pueden subdividir en dos tipos, las esmaltadas y aquellas que no lo están. Las que se presentan en forma más simple y rústica, al estar elaboradas con un producto natural y sin protección añadida, son más porosas y permiten que rezume el agua sobrante durante el riego, así como, al entrar en contacto con la intemperie, se deterioran fácilmente con el paso del tiempo. En cambio, las esmaltadas, son más duraderas pero no permiten tanto intercambio de humedad con el exterior.
En el segundo grupo encontramos aquellos recipientes elaborados con materiales vegetales.
En un primer tipo distinguimos aquellos que están hechos a base de madera, generalmente de pino, teca u otras maderas de bajo coste, que pueden tener diferentes tipos de acabado, desde rústicos que incluyen la corteza, hasta pulidos y de formas más complejas. Cabe destacar que este tipo de macetas se pueden utilizar con fines decorativos o de forma más práctica, en la cual entraría en contacto el interior del recipiente con el sustrato y las raíces de las plantas. Esta última utilización entraña ciertos problemas ya que puede ocasionar la podredumbre del tiesto, al ser material biológico que al interaccionar con el agua, los factores de crecimiento de las raíces y las inclemencias meteorológicas vería acelerado su deterioro. Llamar la atención también, sobre los contenedores fabricados con madera de pino ya que esta contiene sustancias químicas que inhiben la germinación y el crecimiento radicular de otras plantas (sustancias alelopáticas) lo que podría tener su repercusión sobre las plantas que queramos utilizar.
Por otro lado tenemos las macetas elaboradas con restos vegetales (restos de madera y hojas, capas muscinales o fibras vegetales) compactados en forma de tiesto. Aunque este tipo de recipientes se han utilizado de una manera mas especializada, sobre todo en jardines botánicos y en viveros, para el desarrollo de plantas epifitas –que viven sobre otros vegetales- como representantes de las familias Orchidiaceae o Bromeliaceae, en los últimos tiempos se está generalizando su uso en jardineras colgantes de las grandes ciudades o a nivel doméstico. Estos recipientes presentan ventajas como la de un mayor intercambio de agua y gases atmosféricos con el exterior, aunque también inconvenientes como el ser fácilmente degradables, por lo que con el tiempo es necesario sustituirlos por otros, o el tener un coste elevado ya que su uso no está generalizado, asunto relacionado directamente con la ley de la oferta y la demanda.
El tercer grupo esta constituido por recipientes metálicos de hierro, acero, acero inoxidable, aluminio, hojalata o cobre, entre otros. Son recipientes con precios variables dependiendo del valor que en el mercado tengan dichos metales. No son materiales porosos por lo que el intercambio de sustancias con el exterior es nulo, lo que obliga a realizar orificios para el buen drenaje del recipiente. Por otro lado son contenedores ligeros y de fácil manejo. Algunos de ellos hay que impermeabilizarlos ya que corren el riego de verse expuestos a la corrosión. Aunque pueda parecer que son recipientes inocuos no lo son ya que, por lo general, los metales, al entrar en contacto con el agua, pueden liberar iones que pueden alterar la naturaleza y propiedades del sustrato y por tanto afectarían a las plantas que contienen. Para que esto no suceda se suelen recomendar recipientes de acero inoxidable o aluminio.
En último lugar nos encontramos aquellos recipientes fabricados con materiales sintéticos como los polímeros derivados del petróleo u otras sustancias plásticas. Son los más utilizados junto con los primeros debido a su bajo precio, su ligereza y su vida media. A ello hemos de añadir que los hay de todos los tamaños, formas y colores, e incluso destacar que muchos vienen equipados con dispositivos de riego y eficacia hídrica. A pesar de que en un principio eran bastante frágiles y herméticos, en la actualidad se han desarrollado nuevos materiales más resistentes y que son capaces de establecer una comunicación entre el medio interno y el externo.
Como nota a esta enumeración de tipos de jardineras y tipos de contenedores decir que, cualquier objeto con una cavidad, desde un bol a una taza, desde un lavabo hasta una teja, puede servirnos como lugar de siembra y plantación.
Y ahora llega el turno de la opinión. En cuanto a la estética he de decir que siempre prefiero los tiestos fabricados con materiales naturales ya que se integran de manera más eficaz en el entorno y prestan un servicio más completo a nuestras plantas a pesar de ser más caros. Si atendemos al aspecto práctico, al confort que ofrecen a nuestras plantas, elegiría de entre todos, aquellos hechos de barro o arcilla, ya que es la materia prima que más se parece al medio natural que alberga las raíces de cualquier planta, la tierra, y por tanto con un comportamiento parecido. Y nada más…

miércoles, 3 de marzo de 2010

Narcisos que anuncian la primavera



Hoy le llega el turno a una de mis plantas favoritas y que también florece en la primavera temprana, el narciso (género Narcissus). Esta planta que nació en el lugar donde un joven griego del mismo nombre se suicidó al quedar prendado de su propia imagen mientras la miraba reflejada sobre el agua, es del grupo de las Monocotiledóneas, y pertenece concretamente a la familia Amaryllidaceae. Es una planta bulbosa, que se naturaliza con gran facilidad (no es necesario adquirir bulbos todos los años…, es lo que más me gusta: lo práctica que es). Sus bulbos tunicados se suelen sembrar durante el otoño y comienzan a brotar durante el invierno, aunque su floración tiene lugar a comienzos de la primavera. Necesita un sitio luminoso aunque no excesivamente soleado y, aunque resiste bien las temperaturas invernales, no soporta los climas extremos ya que todos los representantes de este género proceden de la cuenca mediterránea y de Europa occidental. El sustrato requerido debe tener un buen drenaje, ser húmedos y con gran cantidad de materia orgánica.
Las plantas están constituidas por un conjunto de hojas verdes oscuras, basales, lineares, acanaladas, erectas, con una longitud media de 30 cm, que suelen nacer envainadas y en número variable (2-6). Las flores pueden ser solitarias o en grupo, todas ellas dispuestas sobre un pedúnculo carnoso o escapo floral que puede o no sobrepasar la longitud de las hojas. Las flores son de aspecto tubular, formadas por dos zonas muy diferenciadas: un perianto que consta de 6 segmentos triangulares, lanceolados u oblongos, más o menos estrechos, y una zona llama corona con aspecto de tubo en cuyo interior se disponen los estambres (6) y el gineceo (estigma). Tras la fecundación de las flores aparece el fruto en forma de cápsula trimera. Se recomienda que una vez pasada la floración no se eliminen las hojas y se dejen marchitar por sí solas, ya que esto favorece la proliferación de nuevos bulbillos y una mejor floración la próxima temporada.
De los 1000 cultivares que existen en la actualidad, la mayor parte poseen colores que van desde el blanco hasta el amarillo anaranjado, aunque existen híbridos de muy llamativos colores como el rojo o el escarlata. En su entorno natural crecen en prados húmedos y zonas próximas a cursos de agua y muchos de ellos están protegidos por la legislación vigente.
Como curiosidad decir que llama la atención el que presenten sustancias alelopáticas, es decir, compuestos químicos que inhiban el crecimiento de otras plantas próximas a ellas, así como otro tipo de compuestos que hayan sido utilizados en la farmacopea recientemente.
Foto: Narcissus papyraceus