lunes, 25 de enero de 2010

Al principio, una de consideraciones


Por lo general, antes de sembrar las semillas, plantar ese esqueje o enterrar aquellos bulbos, no planificamos nada y, simplemente, nos dejamos llevar por nuestro libre albedrío para que después brote lo que quiera.
A veces, este modus operandi puede dar lugar a rincones espléndidos, aunque lo más frecuente es toparse con un proceso que, en vez de vergeles, origine desiertos. Por todo esto, seguir una estrategia que tenga en cuenta el medio donde queremos desarrollar nuestro trabajo es muy importante, no solo para obtener un buen resultado, sino para facilitarnos las tareas.
Todo esto nos puede parecer una obviedad, pero siempre hemos de realizar una selección de plantas acorde con los factores abióticos que condicionan su ciclo vital. Esto, en un principio, no sería difícil teniendo en cuenta que las plantas, como cualquier otra parcela del mundo vivo, concentran una gran diversidad de especies, adaptadas estas a todo tipo de ambientes y factores. Si a ello añadimos el gran abanico de variedades de plantas ornamentales que existen en el mercado, será relativamente fácil establecer una concordancia entre los requerimientos de unas y las limitaciones que presenta la ubicación de nuestra terraza.
Bajo mi punto de vista, los principales factores que se han de tener en cuenta a la hora de estructurar la labor en la jardinería vertical, deberían ser:

- La climatología.
- La orientación.
- El espacio disponible.
- El sustrato a elegir.

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