La segunda de las consideraciones a tener en cuenta es la orientación del lugar elegido. La orientación no es un factor limitante para las plantas, pero sí condiciona otros factores como pueden ser las horas de luz que reciben las plantas, a qué horas del día las reciben o la mayor o menor probabilidad de heladas. La temperatura, generalmente depende del clima de la zona, aunque a veces, la orientación puede establecer pequeñas variaciones que favorezcan un microclima u otro, aspecto que no modifica seriamente el ciclo vital de las plantas.
Por ejemplo, si un balcón se encuentra orientado hacia el norte nunca se nos debería ocurrir llenarlo de plantas térmicas, de interior o crasas, ya que tras un arduo trabajo para salir a flote –reciben poca luz- y llegado el verano a su fin, morirían de forma inminente con la llegada de las bajas temperaturas. Si por el contrario el espacio a utilizar queda orientado hacia el sur, las plantas recibirán altas dosis de radiación solar, no sufrirán tanto las heladas y necesitarán un riego mayor.
Centrémonos en mi terraza… Ésta queda orientada al suroeste, por lo que en invierno recibe pocas horas de luz, siendo las de mayor intensidad lumínica durante el mediodía. Durante el verano, la mañana es fresca y la tarde bastante cálida, recibiendo los rayos del sol desde el mediodía hasta la puesta del mismo. La humedad relativa será media, quizá algo menor en verano, por lo que el riego de las plantas deberá ser regular.
Por ejemplo, si un balcón se encuentra orientado hacia el norte nunca se nos debería ocurrir llenarlo de plantas térmicas, de interior o crasas, ya que tras un arduo trabajo para salir a flote –reciben poca luz- y llegado el verano a su fin, morirían de forma inminente con la llegada de las bajas temperaturas. Si por el contrario el espacio a utilizar queda orientado hacia el sur, las plantas recibirán altas dosis de radiación solar, no sufrirán tanto las heladas y necesitarán un riego mayor.
Centrémonos en mi terraza… Ésta queda orientada al suroeste, por lo que en invierno recibe pocas horas de luz, siendo las de mayor intensidad lumínica durante el mediodía. Durante el verano, la mañana es fresca y la tarde bastante cálida, recibiendo los rayos del sol desde el mediodía hasta la puesta del mismo. La humedad relativa será media, quizá algo menor en verano, por lo que el riego de las plantas deberá ser regular.