lunes, 23 de enero de 2012

Aroma a lavanda







El arbusto del que hablaré hoy es uno de los más utilizados en la xerojardinería actual, ya que es una planta que se adapta con gran facilidad a climas cálidos y secos y se hibrida con gran facilidad dando lugar a cultivares que además de poseer esta gran capacidad de adaptación, producen floraciones muy llamativas. Ahí vamos con la lavanda…
Llamado vulgarmente lavanda, el género Lavandula (familia Lamiaceae) engloba a más de treinta especies y unos cuantos híbridos. Es una planta que crece en lugares de todo el planeta, aunque es más frecuente en aquellos con clima mediterráneo. Lavandula stoechas, L. angustifolia o L. intermedia, son especies propias de la Península Ibérica, muy abundantes en encinares y zonas boscosas.
La lavanda es un caméfito, mata o pequeño arbusto de tonalidades grises, con tallos leñosos, generalmente en la base, y puntualmente nudosos, algo estriados en la superficie, sobre los que se disponen unas hojas de color grisáceo, apagado, debido a la abundante pilosidad que las cubre, opuestas, simples, con margen entero –algunas entero-, en las especies ibéricas de tipo sublinear, y en las que hay abundantes glándulas que secretan los aceites esenciales que proporcionan el aroma tan característico de estos vegetales. La floración se desarrolla durante la primavera. De entre las hojas, emergen unos ejes florales de longitud variable dependiendo de la especie, sobre los que se disponen, en la zona terminal, las inflorescencias de tipo verticilastro, que están compactadas formando una especie de espiga. En cada uno de estos pisos se sitúan las flores, nectaríferas en todas las especies, que están acompañadas por unas brácteas coloreadas generalmente de violeta pálido. Coronando esta espiga, pueden aparecer otras brácteas de diferente forma y coloración al resto, véase el caso del cantueso (L. stoechas subsp. pedunculata). Tras la fecundación y como ocurre con toda esta familia, las labiadas, se forma un fruto seco llamado tetranúcula.
La reproducción de la lavanda se lleva a cabo mediante el enraizamiento de estacas semileñosas (muy utilizado también en especies como el romero o el tomillo, que pertenecen a la misma familia botánica), así como por germinación de las semillas, un proceso mucho más lento.
Debido al tamaño de la especie, su vigor, sus requerimientos ecológicos, su vistosidad y su aroma, la lavanda a pasado a formar parte de muchos parques y jardines que pretenden minimizar el riego sin descuidar el valor paisajístico de los mismos, y tambien puede considerarse una planta apta para el cultivo en balcones y terrazas, sobre todo en áticos y zonas que reciben gran insolación.
Los usos de la lavanda son bien conocidos, sobre todo aquellos que se relacionan con su aroma: ambientadores, cosméticos o gastronómicos. En muchos lugares de la costa mediterránea (Italia o Croacia), los ramos de sus inflorescencias, se utilizan con fin ornamental.

lunes, 16 de enero de 2012

De brezos











Continuamos con el recorrido dedicado a los arbustos susceptibles de formar parte de nuestros jardines en altura, deteniéndonos hoy en una serie de especies vegetales que son denominados bajo un mismo nombre, los brezos.
Existen bastantes especies de brezos, una serie de especies arbustivas que engalanan muchas zonas elevadas de la mayor parte de Europa, así como otras regiones africanas. Todas ellas pertenecen a la misma familia botánica, Ericaceae, y a dos géneros, el género Erica, mayoritario –Erica arborea, E. cinerea, E. vulgaris, E. scoparia- y que da nombre a la familia, y el género Calluna, representado por una única especie en la Península Ibérica -Calluna vulgaris-. La mayor parte de los brezos son de porte arbustivo y no alcanzan el metro de altura, aunque en condiciones favorables podemos encontrar ejemplares de hasta 10 metros, como en el caso de Erica arborea (véanse los ejemplares de la laurisilva canaria o el Parque Nacional de Monfragüe). Su corteza suele ser de tonalidades apagadas y superficialmente estriada; en algunas especies, la de los tallos jóvenes aparece cubierta de unos tricomas o pelos blanquecinos. Aunque cada especie tiene sus propias características, las hojas de los brezos son persistentes, pequeñas (entre 1 y 8 mm de longitud), lineares, ligeramente aciculares, verdes, dispuestas generalmente en verticilos de 1 a 4, generalmente lampiñas y pueden tener los márgenes revolutos.
En primavera-verano, sobre el extremo de las ramas aparecen las flores, generalmente dispuestas en inflorescencias de tipo panícula o racimo, formadas por numerosas flores tetrámeras-pentámeras, pequeñas, pediceladas, con la forma acampanada característica de estas especies, y de colores como el blanco, el verdoso, el rosado, el fucsia o el púrpura. Estas flores de las que se sirven las abejas para fabricar una miel muy conocida, también pueden estar acompañadas por una serie de brácteas, normalmente en número de 3. Las características del androceo y el gineceo dependen de la especie, aunque todas ellas, tras la fecundación desarrollan un fruto de tipo cápsula que contiene las semillas.
Son plantas que se pueden reproducir fácilmente a través de semilla o estacas leñosas tratadas con hormonas de enraizamiento. La mayor parte de los brezos son acidófilos, es decir, prefieren un sustrato silíceo, descalcificado y con poca materia orgánica, al mismo tiempo que requieren humedad, cierta umbrosidad y temperaturas suaves durante el verano, pudiendo soportar el frío extremo en la época invernal.
Los brezos son ideales para engalanar terrazas durante el invierno, ya que son plantas siempreverdes resistentes a los rigores de esta época, y la primavera, época donde tiene lugar la floración, tan vistosa en muchas especies. Generalmente, en tiestos y macetas, no alcanzan tamaños considerables, por lo que no resultan muy aparatosas de cultivar.
Como apunte curioso resaltar las cualidades de su madera, de grano fino, dura y resistente, con la que se han fabricado pipas para fumar, astiles o carbón de alta capacidad calorífica.

miércoles, 11 de enero de 2012

Rododendros y azaleas







Y dando paso al 2012, este año que comienza, les traigo un nuevo arbusto que se cría en estas latitudes y que puede constituir uno de los pilares de nuestro jardín en altura particular, el rododendro.
También conocidos con el nombre de azaleas, los rododendros son plantas leñosas, arbustivas que pertenecen al género Rhododendron (familia Ericaceae) que cuenta con unas 1000 especies en todo el mundo. Al ser un grupo tan numeroso, es fácil dar con multitud de clasificaciones y criterios taxonómicos muy dispares, por lo que un servidor prefiere citar las especies más conocidas y dejarse de embrollos nomenclaturales… Se podría decir que el género se distribuye en el hemisferio norte con un centro de dispersión en China occidental, aunque también encontramos especies tropicales y subtropicales del hemisferio sur. Suelen ser especies arbustivas, cuyos tallos van desde los 25 cm de altura a los 4 metros (R. arboreum). Sobre estos se disponen las hojas, persistentes y siempre verdes, alternas, aunque con cierta tendencia a la disposición helicoidal. De color verde intenso, brillantes en el haz, ovaladas, de un tamaño que oscila entre los 2-50 cm de longitud dependiendo de la especie, y un envés a veces cubierto por páleas, escamas o tomento. En el ápice de cada rama y en primavera, sobre la zona apical de los tallos, se desarrollan las flores, generalmente en grupos, aunque también pueden ser solitarias. Estas suelen ser de colores vivos que pertenecen a la gama del blanco-rosado-carmín-violeta, aunque la gran cantidad de cultivares híbridos que comercializan hoy día pueden dar lugar a flores con amplía variedad de colorido. Las flores son relativamente grandes y vistosas, zigomorfas, en principio pentámeras (muchos cultivares híbridos duplican las piezas petaloides para dar más volumen a estas) y de forma acampanada, sobre las que sobresalen los estambres y el estigma
Estas plantas prefieren un sustrato de pH ácido (silíceo o calizo muy lavado), bien drenado y con gran aporte de materia orgánica. Requiere al mismo tiempo temperaturas suaves (es termoresistente, pero no extrema) y cierta humedad ambiental, por lo que se recomienda llevar a cabo riegos frecuentes, sobre todo en el estío. No se recomienda exponerlas directamente al sol, ya que puede dañarlas.
La reproducción puede llevarse a cabo con estacas sobre las que es preferible usar hormonas de enraizamiento, o a partir de la germinación de semillas, mucho más difícil y lenta. Se pueden utilizar para el arte del bonsai.
Son plantas muy tóxicas debido a la producción de la grayanotoxina, un compuesto venenoso que esta presente en el néctar y el polen, por lo que la miel que deriva de estas no es comestible. Ello no quita para que se hayan utilizado para tratar el reuma o como planta vulneraria. Se utilizan en muchos países para confeccionar coronas funerarias.
Los rododendros son una verdadera pasión en jardinería, no sólo en la actualidad, sino en épocas pasadas -llegó a ser un símbolo en la jardinería europea del siglo XIX-, sobre todo en el mundo anglosajón (Islas Británicas y Norteamérica), así como en el oriental (Japón y China), en el que simbolizan la feminidad, la templanza y el primer amor.
Destacar que en la Península Ibérica contamos con dos especies de Rhododendron, R. ponticum, que se desarrolla en la vegetación terciaria de la Serranía de Ronda y la Sierra de las Nieves (provincias de Cádiz y Málaga), y R. ferrugineum que se distribuye en las cumbres pirenaicas.