Se acerca la Semana Santa y con ella florecerán pasos y tronos… Y entre los colores que acompañarán a vírgenes y cristos, tendremos los de la azucena.
Aunque también se conocen por el nombre de lirios (que aviso puede inducir a un error con el género Iris), las azucenas, representantes de la familia Liliaceae, pertenecen al género Lilium, que incluye a unas 120 especies distribuidas por las regiones templadas del hemisferio norte, sobre todo en Norteamérica , Europa y la mayor parte de Asia, incluidas Japón, India y Filipinas, además de gran cantidad de híbridos muy utilizados en la industria de la flor cortada.
Este grupo de plantas son geófitos anuales o bianuales que poseen bulbos o rizomas subterráneos, escamosos o desnudos, que acumulan sustancias de reserva durante el invierno y desarrollan raíces profundas y carnosas, que brotan a mediados de primavera. La parte aérea de la planta se desarrolla sobre un vástago que puede alcanzar bastante altura (alrededor de 1 metro), sobre el que se disponen las hojas, simples, sésiles, ligeramente envainantes en su parte basal, alternas, lanceoladas, paralelinervias, con margen de entero a dentado, con alrededor de 10 cm de longitud y de color verde claro e intenso. Es típica de estas plantas la formación de unas raíces aéreas en la parte basal del tallo para absorber nutrientes y agua. En la zona final de este vástago y al final de la primavera o comienzos del otoño, se desarrolla una inflorescencia en forma de panícula constituida por varias flores (de 1 a 5), de gran tamaño, con forma de trompeta, copa o turbante, erectas o colgantes, cuyo perianto está constituido por seis tépalos, blancos o con coloraciones que van de los tonos crema a rosados y que generalmente se presentan salpicados de manchas crípticas. Los estambres (6) y el gineceo (trilocular) son evidentes. Desprenden un aroma nocturno que facilita la polinización por parte de insectos especializados, tras la que se obtendrán cápsulas dehiscentes donde se encuentran abundantes semillas (sobre 200).
La azucena, aunque es una planta de cultivo directo en el sustrato, también puede desarrollarse en maceta, teniendo en cuenta que necesita bastante espacio para desarrollar las raíces. Debido a que su hábitat natural es el sotobosque de hoja caduca, es una planta que necesita un sustrato con abundante materia orgánica, fresco y húmedo, por lo que conviene bastante aporte de agua, así como zonas semiumbrosas en las que las flores reciban la irradiación solar y puedan huir del calor estival. Los bulbos/rizomas de esta planta soportan temperaturas extremas. Decir que se desarrollan año tras año, aunque, para favorecer la floración, es necesario extraer los bulbos y trasplantarlos cada 3-4 años.
La reproducción, aunque se puede realizar mediante semilla, típicamente se lleva a cabo por la división de los rizomas o bulbillos que aparecen en el rizoma o los tallos, para lo que se requiere cierta formación, por lo que el que aquí redacta, recomienda su adquisición en tiendas especializadas.
Como dato interesante comentar que la flor de la azucena ocupa el quinto puesto en ventas mundiales de flor cortada, siendo muy característica en los ramos de novia por su belleza, persistente aroma y larga vida.